Rompiendo moldes...

Durante años y años la misma trama se ha narrado en un centenar de películas de cine: un héroe que emplea la fuerza para acabar con un villano y cobra la recompensa con una mujer que se caracteriza por no hablar y por no tener amigos. Un molde argumental que se ha replicado en miles de producciones y que parece que inconscientemente, generación tras generación, ha ido calando como modelo de conducta a la hora de relacionarse con el género femenino.

Si nos detenemos a ver la anterior imagen encontramos un denominador común en todas las producciones de Pixar que se aprecian, los protagonistas de las aventuras son todos del género masculino: peces, juguetes, robots, monstruos, coches, hormigas… Es un simple caso extraído al azar y que como explica Colin Strokes “los chicos (masculinos) no son solo el público objetivo (target), también lo son las chicas”.

Este speaker especializado en comunicación , creador de la ONG Citizen School y orgulloso padre de familia ha participado recientemente en las conferencias TED Beacon Street y lanzaba un mensaje claro: la violencia sigue siendo el medio para llegar al deseado objetivo y se sigue recreando una imagen estereotipada de la mujer. Pero esto no fue siempre así.

La mejor muestra, "El Mago de Oz" (1939). Es una película que se caracteriza por su escasa violencia y por otorgar un amplio protagonismo a las mujeres (Dorothy, el hada, la bruja…). El principal personaje es Dorothy, se la reconoce como la líder de grupo y no solo eso, curiosamente gana la batalla “haciendo amigos con todo el mundo y siendo una líder” explica Strokes.