Participemos con ellos a la elección democrática, corrección e
impresión de sus maravillosas palabras una a una, reconstruyendo y elaborando
un lenguaje libre de dogmas gramaticales y de imposiciones autoritarias;
alentemos al niño a pensar y expresarse. Que los niños reproduzcan a través del "mimeógrafo" manual, el "gelatinógrafo" ese texto
que ha conmovido y despertado el interés verdadero, para cada niño y para los
corresponsales, formando poco a poco un “libro de la vida” que los niños
conservan y recuerdan como un verdadero tesoro ya que ellos lo han construido.
Tengamos cuidado de no hacer lo impositivo u obligatorio, debe ser libre y como tal el niño lo escribirá cuando lo sienta necesario, cuando tenga algo importante que comunicar a sus compañeros, dependiendo de nuestro compromiso para llevarlo adelante. Establezcamos una intercomunicación entre los elementos de la comunidad escolar dejando de ser los permanentes emisores...
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