Daniela salió temprano de casa. Aquella mañana el aire olía a fiesta,
el cielo estaba muy azul, y un sol grande y redondo le daba los
buenos días desde lo alto.
Daniela sonríó...
Y la sonrisa de Daniela voló y voló y fué a posarse en el corazón de
Roberta, como un colibrí en primavera...
No hay comentarios:
Publicar un comentario